La palabra vermut procede del alemán wermut, que se traduce al castellano como ajenjo.
El ajenjo es el ingrediente principal que se añade a esta bebida en su macerado, junto con otras hierbas amargas y el vino blanco. Pero, más allá de su origen etimológico, vamos a descubrir su origen histórico.
El vermut se inventó en la Antigua Grecia por Hipócrates, con fines medicinales, mezcló vino blanco con flores de ajenjo obteniendo un vino de hierbas muy similar al vermut actual. Sin embargo, el origen del vermut moderno se atribuye a dos destiladores de Italia en el siglo XVIII. Fueron Beneditto y Antonio Carpano que, en el año 1786, crearon el primer vermut utilizando vino moscatel dulce, caramelo, azúcar, alcohol, hierbas y especias.
Más tarde, también en Italia, se comenzó a producir vermut a nivel industrial gracias a los hermanos Giuseppe y Luigi Cora. A partir de ese momento diferentes marcas comenzaron a producir vermut a gran escala y la fama de esta bebida comenzó a expandirse a otros países europeos como España.
En España hay que remontarse al siglo XIX para conocer la presencia del vermut en nuestro país. Aunque el vermut italiano comenzó a llegar antes, los datos apuntan a que las primeras fábricas de vermut en nuestro país comenzaron a fabricarlo en el año 1870. Hay quienes debaten si fue en Reus, donde había fábricas de destilados; o en Huelva, donde una bodega elaboraba vermut con una receta propia que se ha descubierto que data de 1870.
En cualquier caso, pronto comenzaron a expandirse destilerías donde se fabricaba vermut por todo el país. En Galicia, al ser grandes productores de vino, pronto comenzaron también a comercializar el famoso vermut gallego, que destaca por su sabor único y por utilizar ingredientes de la máxima calidad.
Tan popular se hizo el vermut en la sociedad española que se convirtió en algo cotidiano en el día a día de gran parte de la población. Reservar un momento en torno al mediodía para tomarse un vermut como aperitivo y así tomarse un descanso en el trabajo era algo muy extendido, especialmente en las ciudades.
De ese hábito tan extendido surgió la popular expresión de “La hora del vermut”, ese momento del mediodía entre el hambre y la sed donde necesitamos tomar algo para continuar. La hora del vermut se suele acompañar de una tapa o pintxo, lo que ayuda a apreciar diferentes sabores y texturas con la mezcla del sabor único del vermut. Así se creó un momento de aperitivo único y que comenzó a formar parte de la cultura popular.